La amistad es un tipo de relación que se da entre personas de diferente situación y contexto. Según la Real Academia, la amistad es: “Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato.” Con la amistad se profundiza en el conocimiento de otra persona y se comparten cosas que son importantes en la vida: el tiempo, las aficiones, las dificultades, las alegrías y las tristezas. Hay confianza, conversación y cercanía. Cuando observamos la vida de una persona notamos que, después de sus padres, sus amigos son los primeros que hacen aparecer sentimientos profundos y verdaderos. La amistad es una manera de amar al prójimo que sobre todo se caracteriza por ser desinteresada: un amigo te puede ayudar, pero esa no es la razón por la que sois amigos.
La amistad no es exclusiva. Uno puede tener varios amigos/as “de verdad” con quienes, por ejemplo, se siente la necesidad de estar en momentos difíciles. Aunque lo habitual es tener pocos amigos “de verdad”.
La posibilidad de amistad entre varones y mujeres que nos mantienen una relación romántica es un hecho, tal como lo muestra la experiencia de muchas personas. Sin embargo, en la práctica, hay que considerar algunos aspectos importantes que tienen que ver con la “química” que puede darse entre un varón y una mujer que se tienen aprecio. La experiencia dice que, si dos personas de diferente sexo van profundizando en su amistad, es posible que en algún momento aparezcan elementos de atracción que modifiquen la naturaleza de dicha amistad. Esta atracción es perfectamente normal en el camino de la conformación de la pareja, pero resulta un problema cuando uno de los dos ya está saliendo o está comprometido con otra persona.
Así, en la práctica, cuando se trata de un varón y una mujer, suele ser complicado separar “amistad profunda” de “atracción”, siendo frecuente que este tipo de amistades se vuelvan difíciles de manejar. No significa, por ejemplo, que un chico, que empieza a salir con una chica, tenga que dejar automáticamente de ser amigo de todas sus amigas: él las seguirá teniendo como amigas y, en la medida en que las presente a su pareja, enriquecerá su relación con ella. Pero lo que no resulta fácil, según la experiencia, es que, además de salir en pareja, tenga un grado alto de intimidad con alguna amiga (o al revés, la chica con un amigo) compartiendo cosas o haciendo planes con ella que, incluso, no se cuentan a la propia pareja. Esto, tarde o temprano, le pondrá en aprietos innecesarios e incluso más cerca de encontrarse en situaciones desleales para su propia pareja.
049