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Tu primer beso...


La mayoría de la gente probablemente recuerda su primer beso como un gesto especial. Además del beso, las caricias y otros gestos de ternura y cariño son distintas maneras de decirle a una pareja romántica que le queremos. Hay algunos jóvenes que se dejan guiar por los deseos de cada momento. Otros sienten la necesidad de “gestionar” estos deseos y gestos de ternura para asegurarse de que son realmente el reflejo de un amor sincero. Porque un beso se puede dar por amor, pero también por egoísmo. Esos jóvenes se preguntan cómo lograr una armonía entre esos deseos normales de tener gestos físicos de cariño, y el anhelo de que su relación romántica no se base solo en sentimientos y gestos físicos, sino también en la construcción de un proyecto de vida duradero con la persona amada.

Muchos quieren, en concreto, esperar al compromiso del matrimonio antes de tener relaciones sexuales y son conscientes de que la armonía que acabamos de describir es necesaria para evitar que las relaciones sexuales vengan antes de lo deseado por ellos realmente.

Para todos estos jóvenes proponemos las siguientes reflexiones sobre la sexualidad humana:
1)    Los órganos genitales de los varones son externos, sensibles y con un funcionamiento bastante automático e inmediato ante pensamientos y estímulos visuales o físicos. Por eso los varones, en términos medios, tienden a ser más sensuales, o a reaccionar con más rapidez ante los estímulos eróticos, ante los gestos físicos de ternura en la pareja.

2)    Hay personas más sensibles que otras. Por ejemplo, a una persona le puede resultar más estimulante sexualmente un beso que a otra, y ambas son reacciones normales.

3)    Toda persona tiene momentos más sensuales que otros. Por varias razones: por el estado de ánimo de un momento, por el cansancio, la edad, o por haber visto, oído o leído algo con un contenido erótico. Estos grados diferentes de sensualidad también condicionan lo que se hace en compañía de la pareja en un momento determinado. Pueden existir cambios en un mismo día; los cambios pueden ser inmediatos. No es lo mismo salir en pareja después de haber visitado un museo que después de haber visto una película con cierto contenido erótico, o de haber consumido pornografía. En el segundo caso, los gestos de ternura tenderán lógicamente a ser más eróticos, si uno se deja llevar sin más por sus deseos.

4)    Algunos gestos de ternura se pueden considerar como “acelerantes sexuales” (por ejemplo las caricias en las zonas erógenas como los genitales), mientras que otros no lo son (por ejemplo pasear cogidos de la mano). La duración de un gesto concreto también puede convertirle en un “acelerante sexual”. Por ejemplo, cuanto mas largo sea un beso, mas se convierte en “acelerante sexual”.

5)    Por último, y como consecuencia de todo lo anterior, es importante recordar la regla de oro de la sexualidad humana: “cada acto, gesto de ternura, conduce al siguiente”. Esto quiere decir que hay una progresión en la sexualidad humana, que va desde pasear juntos o ir cogidos de la mano hasta finalmente llegar a una relación sexual completa. El paso de uno al otro puede darse de manera lenta y progresiva, pero también con rapidez si uno busca tener una relación sexual o no gestiona bien, en cada momento, los gestos de ternura que da o que recibe. Es lógico que los gestos de ternura en una relación romántica nos lleven a la relación sexual si no los gestionamos. El ritmo con el cual se llega a la relación sexual completa depende en último término de la decisión de la pareja. En el caso de que no pretendan tener una relación sexual, será más difícil mantener este objetivo cuanto más se dejen llevar por gestos y caricias sexuales sin límites.

En definitiva, se trata de trabajar juntos conociendo las características de la sexualidad y las circunstancias personales para que esa historia de amor sea verdaderamente única, fruto de libres decisiones, y no el resultado de dejarse llevar por las circunstancias o el ambiente. Al final, quienes son dueños de su sexualidad son más capaces de entregarse por amor. Para lograrlo, resulta crucial hablar juntos de las cuestiones que hemos descrito arriba y darse cuenta de que a veces nos equivocamos, a pesar de tener buenas intenciones. Hablar de las equivocaciones ayuda a evitarlas mejor en el futuro.

Lo importante es que ambos sean conscientes de sus objetivos para no improvisar, no hacerse daño, y ser realmente dueños de cómo se desarrolla y crece su historia de amor.

 

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